Parroquia Virgen del Camino SSCC

La víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María tuvo lugar en el Santuario de la Victoria la tradicional vigilia de oración que la Diócesis organiza especialmente para los jóvenes. Noemí Martín, miembro de la Comunidad Yo Voy, nos cuenta su experiencia.

 Ser vino para el mundo en Adviento

El pasado sábado, día 7 de diciembre, algunos jóvenes de la parroquia Virgen del Camino de Málaga asistimos a la Vigilia de la Inmaculada, que se celebró en el Santuario de la Virgen de la Victoria. Salimos juntos desde la parroquia y fuimos caminando desde la Plaza de la Marina hasta el Santuario, en acto de peregrinación.

La Vigilia estuvo bastante bien: comenzó con una representación de Las bodas de Caná, lo que nos hacía ponernos en situación de lo que íbamos a ver después. Esta lectura fue el centro de toda la Vigilia, no solo porque en esas bodas Jesús empezó a hacer milagros, sino porque en ella María nos enseña cómo tenemos que pedir lo que necesitamos al Señor: con paciencia y confiando en Él y en que siempre nos dará lo que sea mejor para nosotros.

Finalmente, la Vigilia acabó con una dinámica en la que cada uno escribió el “vino” que quería ofrecer al mundo: el vino de la alegría, el de la escucha, el del amor… El resultado fue muy bueno, teniendo en cuenta la dificultad que conlleva el preparar algo de este tipo y conseguir que llegue a personas de edades muy diferentes y con una madurez de fe muy distinta.

Pienso que esta Vigilia, al igual que otras actividades que se organizan desde la Diócesis, es una oportunidad, sobre todo para los jóvenes, para hacernos notar como cristianos, para que todo lo que hacemos en la parroquia no se quede solo dentro de ella sino que llegue a más gente y, especialmente, es una oportunidad para aumentar nuestra fe y compartirla con otras personas que buscan lo mismo que nosotros: seguir a Jesús y confiar en Él.

Noemí Martín, comunidad Yo Voy.