Parroquia Virgen del Camino SSCC

Juan de Dios Carretero, miembro del grupo Jóvenes 4, ha participado este verano en el campo de trabajo Regina, en Sevilla.  Hoy quiere compartir con nosotros lo vivido en esos días. Gracias Juande. 

Hace un mes tuve la gran suerte de poder experimentar el campo de trabajo de Regina Mundi. Nada más llegar a la casa me sorprendió la alegría con la que te reciben los residentes y las hermanas cuando me presenté. Siempre había oído que Regina era una gran familia, y no tardé mucho en comprender que era cierto y en sentirme parte de ella.

El amor llena cada rincón de esa casa. En cada momento podíamos encontrar una muestra de amor. De esta manera, los voluntarios aprendimos a disfrutar y a poner todo nuestro cariño en tareas que parecían tan complicadas como duchar o cambiar a los enfermos.

Realizamos varias excursiones con los residentes de la casa: a la piscina, al cine, a la playa… Eran días agotadores, pero merecía la pena al ver la cara de felicidad de cada uno de los enfermos. No dejaban de darnos las gracias y de decirnos el bien que llevábamos a esa casa.

Dios está muy presente en Regina, allí he aprendido a verle en los más necesitados y a dejar que mis manos fueran las suyas cada vez que estaba con ellos. En el tiempo de reflexión en grupo comentamos el sufrimiento que existe en nuestra sociedad y aprendimos a afrontarlo confiando en el amor infinito de Dios. Recuerdo especialmente cuando reflexionamos con las cartas del Padre Damián, y nos sentimos partícipes de esa extraña felicidad que se consigue entregando la vida por los que no tienen nada. También ha sido muy especial la experiencia de la Eucaristía diaria, que me daba fuerzas para seguir adelante cuando iban pasando los días y el cansancio se iba haciendo presente.

Pensábamos que íbamos a servir, y hemos recibido muchísimo más de lo esperado. Además de una experiencia de Dios ha sido una gran lección personal. De cada uno de los miembros de la casa, tanto enfermos, hermanas y voluntarios, he aprendido algo: la capacidad de disfrutar de cada momento, la facilidad para sonreír, su cariño, gratitud, paciencia…

Gracias Señor, por haber confiado en mí para cuidar de tus preferidos.

Juan de Dios Carretero, Jóvenes 4.