De confesiones, teléfonos, cajones y antivirus

La celebración del sacramento del perdón de ese lunes, 27, es uno de los últimos pasos del camino que hemos recorrido en Cuaresma y en el que hemos tenido la oportunidad de prepararnos para acompañar al señor en su pasión, su muerte y su resurrección.

Hay un artículo publicado hace unos años en este mismo blog (en época de Adviento, entonces) sobre el por qué es tan necesario acudir a este sacramento. Resumiéndolo, no confesarse es como tener un ordenador y no cargar las actualizaciones –total, sigue funcionando- ni pasarle un antivirus porque «como marcha bien y tengo cuidado con las páginas que visito al navegar, no hay problema”. Pero al final el PC acaba estropeado, o infectado por un virus y perdemos todos los datos.

Añadamos un nuevo ejemplo, igualmente contemporáneo: haces muchísimas fotos con el móvil y no borras ninguna, ni siquiera las que salieron mal. Ni limpias todos esos memes que te llegan por whatsapp. Al final tu smartphone funciona muy lento, te quedas sin espacio en la memoria para nuevas imágenes y, en el peor de los casos, el dispositivo se avería… y perdemos todos los datos.

Si no usas PC y el móvil lo tienes para llamar, acudamos al socorrido cajón donde vas metiendo todo tipo de objetos, unos para tenerlos a mano, o «por si acaso me hacen falta un día». Casi siempre son cositas pequeñas, otras quizá no tanto… el cajón se va llenando cada vez más. Y cuando necesitas algo y vas a abrirlo, uno de esos objetos se ha atravesado… y bloquea el cajón. Aquí no pierdes los datos pero sí mucho tiempo y esfuerzo desmontando el mueble para que todo vuelva a funcionar como debe.

Y es que el desorden llama al desorden. Es como no barrer el dormitorio: lo que un día son pelusas acaban trayendo polvo y más pelusas y de repente te encuentras bajo la cama un montón de bolas de pelo.

Pues lo mismo con el pecado. Por eso es tan bueno acudir a la confesión y reconciliarse con Dios.

Volviendo al artículo original (que puedes leer aquí) si hasta el Papa Francisco acude habitualmente al sacramento, ¿cómo no hacerlo nosotros?

Este lunes, 27, tras la misa de las 19:30, tenemos la oportunidad de hacerlo y seguir caminando junto al Señor libres de aquello que nos pesa en la conciencia.