Misa del Envío de agentes de pastoral 2022

El sábado, 12 de noviembre, se celebraba la Eucaristía del envío de los agentes de pastoral. Aunque las distintas actividades que se desarrollan en la Parroquia ya llevan unas semanas en marcha, siempre supone un momento especial que vivimos en comunidad y en el que renovamos nuestro compromiso con un trabajo que, como nos recordaba el padre Juanma «no está exento de dificultades».

La reflexión se hacía sobre la segunda lectura del día (Segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3,7-12). «¿Con quién habéis empeñado vuestra palabra? ¿Con la parroquia, con la comunidad, con el cura? No. La habéis empeñado con el Señor Jesús porque en el fondo estoy aquí porque el Señor me ha llamado para participar de su misión. Y esa es la gran experiencia que tenemos que poner en común: que Jesús ha contado conmigo para hacer su tarea. A lo mejor es una muy humilde, muy sencilla, nada, pero es la tarea que el Señor ha puesto en mis manos. Hoy le pedimos que nos ilumine, que nos acompañe en nuestra tarea, que nos dé fuerza para perseverar siempre en ella. Porque vendrán problemas, vendrán dificultades, pero que nada nos desanime, en esa seguridad de que Él está con nosotros, que Él está a nuestro lado, y que lo que hacemos no es para nosotros. No es para ponernos medallas, no es para ser alguien importante en medio de la comunidad. Es el servicio que el Señor me ha pedido para el bien de todos, no el mío, el bien de todos».

Durante la Eucaristía, concelebrada con los padres Antonio y Julio, se renovaron los compromisos de los agentes de pastoral y también se entregaron los libros con el Evangelio de 2023 en la edición personalizada para la congregación de los Sagrados Corazones. Una lectura que acompaña y ayuda durante todo el año. Antes, y volviendo a la homilía, también se nos animaba a tener «tranquilidad y paciencia con las personas con las que trabajamos, sean niños, mayores o jóvenes; la misma paciencia que el Señor tiene con nosotros. (…) Cuando el otro tiene la seguridad de que estoy con él, de que puede pedirme la vida, que yo se la daré, y solamente por el amor de Dios y por fidelidad a Cristo, que ha entregado por mí su vida, qué seguridad, qué tranquilidad nos da que ésta es la tarea de Jesús, de que es la tarea de nuestro Maestro».

La homilía finalizaba con el comentario a una cita de San Vicente de Paúl cuando contestaba la carta que le había dirigido una Hija de la Caridad en la que ésta señalaba lo duro que era trabajar «con gente que no agradecía nunca nada». La frase con la que respondía el santo era ésta » sólo por el amor, por el mucho amor que tú les des, podrán los pobres perdonarte el pan que tú les das». Algo que el padre Juanma explicaba así: «en el fondo, yo estoy dando algo que yo tengo y el otro, no. Y eso no es justo. Y el otro se siente agredido y sólo, sólo por el mucho amor con que yo lo entregue el otro podrá ser redimido». Por lo tanto, pidámosle al Señor hoy mucho amor. Por eso nos sentamos a la mesa del amor, por eso nos sentamos a la mesa del amor que es la Eucaristía. Y una vez más hoy Jesús entrega su vida por nosotros. Que nosotros seamos capaces de entregarla de igual manera».

Pues que así sea.