El motor del cambio
– No sé si lo sabes Josefine, pero los loros africanos en su hábitat natural del Congo sólo hablan francés.
– ¿En serio?
– Con suerte les puedes sacar algún pequeño “Good Morning”. Pero si fueras a atravesar la selva, comprobarías que hablan un francés muy refinado. Esos loros hablan de todo: de política, de cine, de moda… de todo menos de religión.
– ¿Por qué no hablan de religión?
– Es de mala educación hablar de religión, nunca se sabe a quién puedes ofender.
Edward Bloom en Big Fish (Tim Burton, 2003)
Durante estas últimas semanas esta frase de la película Big Fish ha venido a mi mente en varias ocasiones. Y no sólo en respecto al tema religioso, sino que también lo estamos viendo mucho respecto al marco político. Todo el mundo habla de todo. Y esto, en el contexto democrático en el que nos estamos moviendo es magnífico. Tener libertad de opinión y denunciar las injusticias y los abusos de esta sociedad debería ser una tarea fundamental de nuestro compromiso social.
Pero siento que Jesucristo me pide algo más:
“… Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y de disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí”. Entonces, los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti? Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”. (Mt 25, 35-40)
Creo que realizar una reflexión crítica sobre la sociedad es necesario, pero no puedo quedarme en las palabras, no puedo quedarme sólo en las protestas ni en las manifestaciones. Dios me invita, por medio de estas palabras, a implicarme con el proceso de cambio real y efectivo que debe producirse en esta sociedad. Y lo hace invitándome a la acción y la participación.
Yo quiero darle gracias a Dios por todas aquellas personas que pone en mi vida y que son ejemplo de compromiso social, de trabajo por el Reino. Religiosos, laicos, voluntarios o profesionales que parten su vida y donan su tiempo y sus esfuerzos por el bien común.
Os dejo con el tráiler de la película arriba mencionada. Big Fish me parece una historia impresionante de fe. La historia de una persona que pasa por el mundo haciendo simplemente lo que tiene que hacer, convencida que a eso está llamado y luchando por conseguirlo, logrando a su paso convertirse en motor de cambio para todo aquel que se cruza en su camino.
Seguimos hablando, H. Llamas.
Magnifica presentación. La peli no creo que me interese tanto. Ya veremos.
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De nuevo, muchas gracias a Horacio por ayudarnos a ser mejores cristianos con sus reflexiones.
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