Contagia solidaridad para acabar con el hambre

Un año más, pero no un año cualquiera, la Campaña de Manos Unidas contra el Hambre llama a las puertas de nuestra Parroquia, que tanto ha vibrado tradicionalmente con ella, aunque el año pasado no pudiéramos (y previsiblemente tampoco este) celebrar el Mercadillo en el que todos nos encontrábamos y que nos ayudaba a recaudar la mayor parte de lo que enviábamos a esta ONG de la Iglesia que lleva ya 62 años trabajando contra la injusticia en el mundo.

¿Nos hemos preguntado cómo está afectando el coronavirus a los más vulnerables del planeta? Se estima que los 1.300 millones de personas que había a principios de 2020 sufriendo pobreza multidimensional podrían aumentar este año en 500 millones más a causa de la pandemia.

Con el lema “Contagia solidaridad para acabar con el hambre”  este año se nos invita a frenar la mayor pandemia que sufre el plantea desde hace décadas: el hambre.  La solidaridad es una exigencia de responsabilidad para asumir la causa del otro haciéndola propia y supone saber renunciar a algo individual por el bien colectivo. Este es también el sentido del Día del Ayuno  Voluntario que celebramos este viernes, 12 de febrero, antes de la colecta del fin de semana.

El proyecto que nuestro arciprestazgo financiará tiene que ver con la mejora de la sanidad alimenticia en 10 aldeas del Norte de la India. Es un proyecto precioso vinculado a la promoción de la agricultura ecológica y la diversificación de cultivos que busca abordar la malnutrición y favorecer el acceso a otras ayudas del propio gobierno indio.

Os invitamos a ser generosos, a agradecer lo que tenemos, a aprender a vivir con menos y a renunciar a algo para poder compartir más. Si no puedes entregar tu donativo en las Eucaristías piensa en hacerlo directamente a la cuenta de Manos Unidas que aparece en el cartel.

Y que sepamos adaptarnos para que también en este contexto de pandemia sigamos vibrando con Manos Unidas.

Poldo ss.cc.