La familia en el cine: Los abuelos

Llegamos al final de este recorrido por el cine, haciendo referencia a la figura de los abuelos. Pilar fundamental para toda familia y por tanto para toda sociedad, los abuelos son la imagen viva de la experiencia, de la constancia y de la autoridad. Y aunque tradicionalmente siempre han sido una parte importante de todas las culturas, en la sociedad occidental de la actualidad su preeminencia aparece desdibujada.

Es también destacable mencionar, a raíz de esto, que no siempre las películas que han tratado este tema, lo han hecho desde una perspectiva amable. Y aunque, no cabe duda de que el sufrimiento es algo que forma parte de esta edad, si todo queda reducido simplemente a esto, nos estamos perdiendo la enorme riqueza que acompaña a estas situaciones.

Sin embargo, las películas que quiero presentar a continuación nos muestran todo lo contrario, y desde una perspectiva optimista de la vida, nos llevan a afrontar esta etapa como aquel gran final que da término a un gran libro.

Quédate conmigo

abuelos1Quédate conmigo narra la historia de Irene y Craig, un matrimonio que lleva 61 años casados. Tienen 7 hijos y un puñado de nietos. Han sacado adelante a su familia con el duro trabajo diario en el rancho de su propiedad. A sus 87 años, Craig tendría derecho a tomarse la vida con más calma, pero los problemas de salud de Irene le deciden a construir una casa nueva, adaptada a las limitaciones de su mujer. Su proyecto se topa entonces con las nuevas leyes que regulan la construcción, y deberá decidir entre desafiarlas o desistir de su empeño.

Es difícil elegir una sola cosa de esta película. Destacaría por un lado la delicadeza con la que trata el tema de la enfermedad de Irene y cómo, a pesar de ser una dura realidad, se endulza mediante las miradas, las caricias, las sonrisas o los diálogos íntimos. Toda una serie de recursos que nos emocionan. Un derroche de cariño como única vía para salvar los inconvenientes.

Estamos ante una etapa diferente de la vida, pero evidentemente igual de viva y fructífera, donde se sigue haciendo un esfuerzo por cumplir las promesas y se siguen creando proyectos que sacar adelante a pesar de todo.

Por encima de todo me gustaría resaltar la escena de la mesa, llena de huellas y marcas producidas por el paso del tiempo, llena de experiencias y recuerdos en torno a ella. Un sacramento físico que nos evoca multitud de vivencias.

Vivir sin parar

abuelos2En la misma línea que la película anterior, Vivir sin parar nos cuenta la historia de Paul Averhoff, que en su día fue una leyenda del atletismo. La vida, el sistema, le llevó a colgar las zapatillas de correr. Se casó, tuvo una familia, un trabajo. Ahora en su senectud vive con su esposa Margot en una gran casa. Su hija es azafata de vuelo, y por motivos laborales no puede hacerse cargo de ellos, así que le convence para ir a vivir a una residencia tras una serie de accidentes domésticos.

La vida allí más deprimente no puede ser. La rutina se apodera de todos los huéspedes. Vemos aquí una crítica a esta situación la indiferencia y la falta de empatía que sufren las personas mayores en la actualidad.

Pero llega Paul y les da la vida con su espíritu de lucha. Se plantea entonces un objetivo: la Maratón de Berlín, y mediante la razón y el sentimiento, pero sobre todo con fe, se enfrenta al sistema y a lo convencional para seguir avanzando.

Esta película trata una cuestión fundamental, la cual puede ser aplicable a mucha situaciones a lo largo de la vida: ¿Cómo manejar el hecho de que las cosas pasan y llego al final? ¿Me abandono y capitulo o lucho por mí y por mi dignidad?

El mensaje está claro: no hay que rendirse jamás. Hay que seguir. Siempre hay que seguir. Y al final consigues la victoria.

Up

abuelos3Si el mes pasado hablaba de cómo Pixar había resuelto de manera brillante la concepción de la madurez de sentimientos en los niños, este mes hay que recordar que no ha sido la primera vez que nos han mostrado todo su potencial. En Up, tras una breve introducción, nos dejaron unos siguientes 4 minutos de película que son de lo mejor que existe en la historia del cine. 4 minutos que resumen de manera impecable la trayectoria de vida de un matrimonio, de sus inicios, de su ilusión, de sus sueños, de sus proyectos, de sus dudas, de sus dificultades… Experiencias, que al final, en la edad adulta, conforman un enorme calado de virtudes y de perspectiva sobre los acontecimientos cotidianos que no pueden ser ignorados por ninguna sociedad saludable.

Es una auténtica lección de amor que nos conmueve. La comprimida historia de Carl y Ellie es una historia sencilla, como tantas otras, pero llena de amor en sus pequeños detalles: podemos ver el encuentro entre dos personas, que sin embargo son muy distintas entre sí; que al casarse comparten tareas, sueños y aficiones, y, sobre todo, proyectos; como el de crear un hogar; olvidan y disimulan los errores del otro; sueñan con los hijos; pero también aceptan que Dios no quiera enviarlos; aun así se conforman nuevos horizontes para seguir avanzando; nuevas ilusiones que no terminan de concretarse; y todo ello alentado por la cotidianeidad del día a día, siempre con la ilusión renovada, siempre enamorados; siempre dispuesto a sorprender al otro; agradecido, en última instancia, por haber sido un gran compañero de vida y animado por este para continuar en solitario.

Os dejo a continuación el enlace para poder ver esta pequeña joya. Pincha aquí.

Seguiremos hablando. H. Llamas.