Parroquia Virgen del Camino SSCC

A mí me gusta recordar aquella vieja noticia y anécdota en que un sacerdote cansado de tanta parafernalia de las primeras comuniones, comuniones en las que menos rezan niños y papás, preocupados del traje, apariencias y de la actuación del nene o de la nena: si lleva bien el velo, el vestido, el rosario (¡Para qué les pondrán rosarito de Corte Inglés!), el librito de nácar (estoy recordando un poco todos los complementos del mercado),… preocupados de la actuación del niño/a en su minuto de gloria y cámara de video o foto para la lectura, la oración o petición que le corresponde al micrófono… Acabo la historia (¿año 1969?): aquel bendito cura les dio misa y Comunión una semana antes de la fecha acordada para que la PRIMERA COMUNIÓN no se estropeara con tanta tontería. Así, la que esperaban fuera la primera, sería la segunda (también un atrevimiento cuando algunos retrasaban y retrasan la segunda por meses, años, lustros…)

Salió en la prensa en curiosidades y menos mal que salió con vida de las garras de mamás y papás. Yo dí primeras comuniones en el 1967 con túnicas del colegio y parecía que iba a progresar la idea pero estamos ya en el 2015… Y siguen los mismos modelos de novia y marinero entre otros.

FELICIDADES A LA CASA REAL porque acaba de celebrar Leonor, la Princesa de Asturias, la primera Comunión en grupo (no en El Pardo o en La Zarzuela o en la Catedral de la Almudena de manos de un arzobispo o cardenal). Y lo ha hecho con el uniforme del colegio, con los niños del colegio y en la parroquia del colegio… y los reyes se han sentado en segundo banco de familias, donde correspondía por … orden alfabético. Yo lo recibo como una gran lección, que haga olvidar el bautismo de los infantes por Cardenal Rouco con agua del Jordán…

Pero hoy quiero hablar también de la COMUNIÓN de adultos de nuestras misas. Recuerdo de entrada que NADIE TIENE DERECHO A RECIBIR LA COMUNIÓN. (Hago un paréntesis para denostar la expresión casi consagrada que usan de DERECHO AL ABORTO – que no existe). La Comunión y todos los sacramentos SE PIDEN. Y se conceden por gracia y gratuitamente a juicio de la Iglesia, que tiene la capacidad y potestad de administrar para dar o no dar o pedir ciertas condiciones. Siempre por gracia. Uno puede ser sacerdote por gracias… y no tiene derecho a serlo, ni hombre ni mujer.

También es bueno decir que la comunión NO SE COGE, SE RECIBE, por eso es un gesto feo que uno vaya con los dedos en forma de pinza para cogerla. (Hablamos siempre de casos normales). Cuando se discute tanto de recibir la Comunión ( me ha parecido oir hoy día 20 en Canal 4 ó 5 varias veces al locutor del telediario TOMAR, que es heterodoxo). No hay más respeto en la boca que en las manos. Muchas veces hay razones prácticas o históricas. Yo soy testigo de ver en la Piazza de San Pietro y Via de la Conciliazione a turistas (chinos) que guardaban la hostia consagrada (recibida en la boca o en la mano) en el librito de la ceremonia como recuerdo. En un caso pude intervenir directamente. Y siempre me ha llamado la atención que NUNCA dijeran nada de orientación para la comunión, sino que se daba como… café para todos.

El que quiera saber la última legislación al respecto, la tiene en la INSTRUCCIÓN REDEMPTIONIS SACRAMENTUM (2004-03-23)

Para demostrar la solidez y antigüedad de nuestras costumbres voy a recordar una enseñanza de San Cirilo de Jerusalén (313-350), ¡SIGLO IV! que se lee el miércoles de la tercera semana de Pascua en el Breviario. Aconsejaba así a los Nuevos Bautizados (nn. 22-23): «Cuando se acerque el momento de la Comunion, cuidado de no hacerlo sin respeto elevando las palmas de las manos, con los dedos abiertos; sino que conscientes de que va a reposar ahí EL GRAN REY hacedle un trono para Él con la mano izquierda soportándola sobre la derecha. Recibid el Cuerpo de Cristo en el cuenco de la mano y responded AMÉN.»

He estado buscando otro texto (que no he encontrado todavía) donde se dice que no se debe poner la mano muy alta, con altivez y exigencia, ni muy baja como un miserable que olvida que es hijo de Dios y hermano de Cristo que se entrega.

P. Emilio Vega.