Faltan pocos días para que lleguen los Reyes Magos. Lidia y Sergio ya han escrito su carta. Hoy es el turno de Tamara Cordero, de la comunidad juvenil Allmighty Jah, que escribe una carta muy especial al Rey Melchor en la que se acuerda de toda la comunidad parroquial.
Querido Rey Melchor,
Siempre has sido mi Rey Mago preferido, y aunque con los años he dejado de escribirte con la frecuencia que debería, este año lo hago porque tengo un encargo muy muy especial, que solo podrás llevar a cabo tú.
Ya sabrás lo difícil que está resultando vivir en el mundo hoy día. Tantas personas en paro, tantos niños que no van al colegio, tantas familias necesitadas. Yo, como cristiana, intento que mi fe me ayude a vivir esta dura realidad, a ayudar a los demás en todo lo que puedo y hacerlo desde Dios, pero a veces, solo a veces, resulta una tarea muy complicada.
Son pocos los que hoy día ven la luz de la Estrella y la siguen hasta el Portal de Belén. Son pocos los que se dejan liar por Cristo y por su modo de vida. Gracias a Dios, en mi parroquia somos una gran familia. Una familia que se acompaña unida gracias a Cristo, a la vivencia de la fe y la eucaristía. Pero con la que está cayendo no es de extrañar que a veces flaqueemos.
Entre tus presentes de este año me gustaría que trajeses una chispa de alegría. La Navidad es un momento de alegría para el cristiano, ya ha nacido Jesús y lo estamos celebrando. Pero a la vez vemos a personas que no pueden estar contentos en estos días por todos los problemas que tienen. ¡Qué difícil es no perder la alegría entonces! Ayúdanos a seguir el camino de Dios con una sonrisa, a dar gracias cada día por lo poquito que tengamos.
La caridad cristiana es también unos de los pilares más importantes de nuestra fe. Como te imaginarás, con la que tenemos encima compartir debe convertirse en una acción que llevemos a cabo todos los días. Trae a nuestra parroquia más caridad y menos egoísmo, para que así podamos ayudar a los demás teniendo a Dios como centro de nuestras vidas.
Sobre todo quiero pedirte mucho amor. Porque ese sentimiento, que a veces nos cuesta tanto experimentar, puede salvarnos a todos. Ayúdanos a amarnos más y mejor, a amar a los que tenemos cerca y también a los que tenemos lejos. A amar a los que lo necesitan y a los que no quieren ser amados. A amar a nuestros hermanos y también al resto de la comunidad parroquial.
Pero no creas que con eso es suficiente. También quería pedirte una inyección de fe para todas las personas que formamos nuestra parroquia, ya que a veces perdemos un poco de vista nuestro objetivo, que no es otro que entregar nuestra vida al Señor. Y por supuesto, el evangelio. ¡Seguir la Palabra de Dios! Que difícil resulta en estos tiempos. Asistir a misa, ser ejemplo de vida cristiana para los demás, celebrar el sacramento del perdón, saber perdonar a los demás. Rey Melchor, ayúdanos a conservar el don de la evangelización, que sepamos contar al mundo que Dios está vivo y que es el camino a la vida.
Quiero pedirte además mucha felicidad y experiencias de Dios para la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María que tanto bien hace en el mundo. Que sus religiosos y religiosas no pierdan ese don que el Espíritu Santo les ha regalado y sigan entregándose en cuerpo y alma a las personas más necesitadas.
Por último Rey, quiero pedirte esperanza. Esperanza para todas las personas de mi parroquia, para todas las personas que pertenecen a la congregación de los Sagrados Corazones, para todos los cristianos del mundo, y para todos los que no lo son. Esperanza… Con esperanza y con fe todo será posible, todo llegará, estoy segura.
Se que te pido muchas cosas pero estoy segura que puedes conseguirlas. Por eso eres mago, ¿no? Eres tú, mi Rey favorito, el que nunca me ha fallado y siempre me ha dejado junto al árbol los mejores regalos de mi vida: unos padres, una hermana y un hermano (su marido), una pareja, una sobrina, una comunidad con la que compartir mi vida, una parroquia maravillosa, amigos, trabajo, salud…
Un gran beso, Tamara.
Aunque tarde pero segura, me encanta la carta a Melchor para que nos traiga esperanza, ilusión, fortaleza y el amor necesario para evangelizar.Has pensado que cuando lleguemos al Reino de los cielos no vamos a necesitar más la esperanza pero sí seguiremos necesitando, ¡mirá vos!, el AMOR ? Está claro por qué, pero después de tantos años de caminar juntas la voy a extrañar porque es mi motor,pero puede ser que el amor que se despierte en mi corazón ,una vez en el paraíso soñado ocupe todos los espacios sin resquicios.Qué belleza ,qué paz.Lo ves,ya estoy con la esperanza otra vez!!!!!!
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Tamara: Como tú pides al rey Melchor que él nos ayude a conservar el don de la evangelización en toda nuestra Parroquia. Gracias por tu carta. Un abrazo
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